La intención del
marqués de la Ensenada con su proyecto de Catastro era simplificar las rentas
provinciales y sustituirlas por una Única Contribución que estuviera en proporción
a lo que cada uno tenía, con esto se evitaría que la imposición recayera
únicamente en el pueblo llano, librándose la nobleza y el clero.
El marqués de la Ensenada
En España se realizarán tres catastros a lo largo del siglo
XVIII:
1) El catastro de Patiño, en Cataluña (1715-1716).
2) El catastro de Ensenada, en los reinos de Castilla y León (1749-1757)
aunque nunca llegó a llevarse a cabo.
3) La Planimetría General de Madrid (1749-1752), en la capital.
Para averiguar lo que tenía cada
uno, era preciso investigar los bienes de todos los vasallos, incluidos los
nobles y los eclesiásticos.
En lo relativo a la
riqueza averiguada, ésta se organizaría en dos ramos: el de lo real (bienes
y derechos) y el de lo industrial-comercial (utilidad o lucro derivados
de la actuación profesional, fuese de tipo artesanal, liberal o comercial).
El
Catastro, pues, eran las declaraciones de bienes de los titulares, que eran
comprobadas por la Administración con ayuda de peritos y técnicos, constitución
de los libros donde se registraba todo, cálculo de valor fiscal de esos bienes
y establecimiento de los estadillos de resumen de cada pueblo y de cada
provincia. Todo esto para calcular las rentas locales, provinciales (consistentes
en alcabalas, millones, cientos, etc.) y la del Reino.
Para
ello se crea la Real Junta de la Única Contribución, con sede en Madrid, en el
palacio del Buen Retiro, que dependía del Rey y
estaba formada por miembros de los Consejos e Intendentes provinciales
(posteriormente formarán parte de Contadurías Provinciales), que tenían a su
vez oficiales a su cargo para que confeccionaran los libros en los que se registraban
los asientos, como garante público estaba el escribano. También intervenían
geómetras que medían el término, agrimensores que verificaban los datos de
cabida de tierras y casas, asesores jurídicos y alguaciles. Para eludir las
suspicacias del Clero, se pone al frente al Inquisidor General. Su
secretario Bartolomé Sánchez de Valencia, que había dirigido la operación
piloto en Guadalajara, es el alma de todo el proceso. También es fundamental el
marqués de Puertonuevo, que actuó de analista, consultor y asesor. Todo
ello a cuenta del Erario Real.
Aunque
el marqués de la Ensenada cayó en 1754, el proyecto continuó, y en 1756 el
trabajo ya estaba prácticamente terminado, con excepción de Murcia y de Madrid,
esta última debido a que las élites intentaron ocultar sus bienes.
Páginas del Catastro
Incluso
se obtuvo el Breve del Papa Benedicto XIV autorizando la aplicación de la Única
Contribución a los bienes eclesiásticos.
Pero
tienen lugar una serie de hechos que impidieron que el proyecto llegara a
ponerse en marcha: la muerte de Bartolomé Sánchez de Valencia y la inacción de
la Administración por la depresión del Rey Fernando VI tras la muerte de su
esposa.
Aunque
en tiempos de Carlos III se intenta poner otra vez en marcha, acabará por
abandonarse en 1779.
El
proyecto costó cinco años de esfuerzo y 40 millones de reales, trabajaron en
ello más de 6000 hombres, los peritos fueron más de 90.000 fueron registradas
más de 7 millones de personas. Fue un trabajo exhaustivo sobre el terreno y
sobre los archivos.
En resumen: el
catastro era una pieza fundamental de modernización, que servía para superar el
déficit crónico de las haciendas estatales, conseguir la equidad fiscal entre
estamentos (clase sociales) y territorios dentro de un mismo Estado, y como
instrumento para conocer el territorio de modo que sirviera para mejorar en el
futuro infraestructuras y modernizar la agricultura y la industria
Referencias bibliográficas
-CAMARERO-BULLÓN, Concepción. “El
catastro en España en el siglo XVIII” en www.eurocadastre.org (visitado el 28 de
noviembre 2012).
DÍAZ LÓPEZ, Julián. “La Única
Contribución como objetivo de la política ilustrada. La realización del
Catastro de Ensenada en el Valle del Andarax”. Boletín del Instituto de
Estudios Almerienses, 14 (1995), pp. 19-41.
-LORENZO CADARSO, Pedro Luis.
“Proyecto de la Única Contribución en Zaragoza: el censo de 1733-1734 como
fuente para la historia económica y social”. BROCAR, 28 (2004), pp.
195-214.
AUTOR: MIGUEL P.
AUTOR: MIGUEL P.
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